18.4.09

Memorias de reptil


La voluptuosidad de mi cuerpo ardiendo lentamente,
Reverberando bajo los rayos del sol
Contra la blanda arena.
Estirarme perezosa y volver la otra mejilla…

La increíble, inagotable sensación de subir,
Trepar, escalar,
Todo lo que sea subible o trepable o escalable,
Siempre hacia arriba, rumbo al cielo…

La piel pegada a la corteza vegetal,
Su rugosidad arañando mi carne
,La soledad de las ramas más altas,
De nuevo el sol que nos calienta…

El amor por tenderme a dormir en las piedras,
El placer por huir, por ocultarme,
Por mutar de envoltura si es preciso.
El infinito goce de enroscarme…

El saber apretar los anillos hasta el fin,
El engullir lentamente,
La digestión demorada de la presa,
Ese balanceo inconsciente cuando escucho un solo de flauta…

La incansable búsqueda del veneno del saber,
El no haber aprendido a guardar secretos,
La pasión por las manzanas,
El querer jugar a ser Dios…

Mil detalles como estos
Me confirman que un día fui serpiente.

-Marié Rojas Tamayo -

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