cuyos blondos plumajes, al hundir
su disco el sol en las lejanas sierras,
cruzaban resplandores de rubí.
la superficie límpida y azul
y a sus orillas garzas y palomas
posábanse en los sauces y bambús.
las gasas de su manto recogió;
de lindo mar dormida en las espumas
la luna halló la y a sus pies el sol.
donde las hadas templan mi laúd;
ellas me han dicho que conmigo sueñas,
que me harán inmortal si me amas tú.
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