que todos los días
me hace compañía.
Si estoy muy contento
yo corro a su lado,
y comparto con él.
Si una reprimenda
me hace llorar,
también voy corriendo
y me abrazo a él.
Me escucha en silencio,
me da su tibieza,
y siento en el pecho
un suave dulzor.
Se apaga mi llanto
si yo acudo a él.
Mi amigo es pequeño,
sus ojos de vidrio,
su oreja un pompóm.
Una cinta roja rodea su cuello
y guarda en su panza
todos los secretos
de mis alegrías,
y todos los llantos
de mis días tristes.
Lo llamo peluche,
él es un amigo
que todos los días
me hace compañía...
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