Un cachete, un azote, un grito, son formas ineficaces de educar. Son la manifestación del fracaso de la inteligencia. Más aún: no hay nada más contrario a la educación que la violencia en cualquiera de sus formas. No hay un mínimo de violencia aceptable. ¿Por qué hacemos a los niños lo que no concebimos hacerle a un adulto?
¿Tú que opinas?
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